16 de julio de 2015

El momento en que existimos.

Cada uno existe en el momento en que alguien cree saber quienes somos de acuerdo a esas milésimas de segundos que se suman mientras sucede una charla o un encuentro.
Somos "alguien" cuando alguien cree algo sobre nosotros, de lo contrario, no somos nadie. 

Ese instante en el que las palabras, los gestos y las miradas actúan, oculta insconscientemente la idea que el otro se esta haciendo de nosotros.

Mentir es intentar crear en el otro un supuesto "yo" que ni siquiera vos mismo podes llevar adelante porque en vez de hacer lo que decis que haces, estas mintiendo que lo haces porque algo no te dió para lograrlo.

Por eso, mas vale ser uno mismo que querer igualar a alguien que no existe, 
porque ese "alguien" que buscamos ser, en palabras no es más que una idea subjetiva nuestra creada e inventada, ese "alguien" que buscamos ser, tiene que hacerse de acciones. 
Pero en ese instante de encuentro con los otros también estamos influenciados por nuestro propio universo, que si lo que esta buscando es igualar a alguien se esta poniendo su propia traba no dejandose ser para construirse de a poco. 
Por lo que, si no soltas tus trabas, no esperes ser alguien "como", no encontrarle defectos a quien se acerca a tu vida o que los otros te caigan bien si ni quiera vos lo haces. 

Criticar al otro es admiración.

Si la vida esta hecha para ser
a eso vinimos, 
a buscar caminos
y abrazar lo que llega
no mentirse que caminamos aquello que no nos dieron los pies para subir,
ni buscarle peros a lo que se esta disfrutando
y todos los días te saluda con un sonrisa.
Si el sol te sigue dando luz,
si al fin y al cabo lo importante es seguir caminando
si no llegamos ahora,
ya lo vamos a lograr.
Por eso, mientras sigamos caminando, mas vale ser uno mismo, a pesar los huecos del camino,
más vale conservar en oro lo que lo valga,
y saber desechar el excedente;
que querer ser alguien que no existe porque no es más que un invento al que recurrimos por las trabas que no podemos soltar.

13 de julio de 2015

Experiencia couchsurfing

Experiencia couchsurfing.  Legaba al aeropuerto de DF un sábado a las 12 de la noche, tenía tres opciones: 1- tomar un taxi hasta algún hostel , 2- dormir en el aeropuerto hasta que se haga de día y salir a la mañana de ahí, 3- confiar en couchsurfing y mi instinto para elegir mi host (persona que hospeda).
Instinto: Impulso natural, interior e irracional que provoca una acción o un sentimiento sin que se tenga conciencia de la razón a la que obedece (wikipedia)
Nos guste o no nos guste, seguir nuestro instinto nos puede parecer cualquier cosa menos inseguro, si seguimos nuestro instinto claramente es porque alguna señal nos indica el mejor camino y, si somos conscientes de lo que implica ir a la casa de un desconocido que te abre las puertas para que tengas un lugar por mera buena onda, no hay certificado, prueba, comprobante que te diga de antemano que todo va a funcionar, es por eso que caemos en manos de nuestro mejor instrumento de viaje (el amigo instinto) para contactarnos con personas que ofrecen su casa, sillón, habitación, etc, de acuerdo a su perfil.
Cada host tiene un perfil donde cuenta más o menos que hace, que le gusta, que ofrece, cuantos días te podes quedar y que intenciones tiene con couchsurfing y , si bien pueden “maquillar” su perfil y terminar siendo cualquier otra cosa, es un punto de informe que por lo menos ayuda, al igual que lo hacen las referencias que le dejan bajo su perfil, los surfers (viajeros que llegan) luego de haber estado ahí o de haberlos hospedado. Cada perfil y/o referencia es personal, por eso hay que saber tomar objetivamente lo que está escrito porque quizá lo que le molesto a otro de su host no es lo que te pueda llegar a molestar a vos o viceversa.
Yo hablé con mi instinto y al llegar a DF opte por confiar y acorde con mi host (después de varios días de chat y preguntas) que me iba a buscar al aeropuerto (quien muy amablemente se ofreció, no todos lo hacen), tuve la suerte de que ese día él se encontraba en la ciudad (ya que no vive ahí), si uno quiere desconfiar puede hacerlo de cualquier cosa. Por ejemplo, cuando llegue, al final no dormimos en el departamento que él me había dicho porque allí había fiesta y él estaba cansado, entonces me ofreció ir a la casa de sus padres a 40 minutos de DF, pasando por una hermosa zona de bosques. A lo que voy es que si yo me hubiese guiado por todos esos consejos que me decían “cuídate, es peligroso, los hombres son machistas, etc”, podría haber pensado que me iba a matar, que en el bosque me tiraba o que tal lugar no existía y me esperaban 45 monos gigantes para violarme en secuencia; pero no, no resulto ser más que el mejor host que podría haber elegido ya que además de ser super divertido, respetuoso y solidario conmigo preocupándose todo el tiempo por mi bienestar, se dedica a cosas que siempre me parecieron interesantes, por lo que convivir con el estos días aparte de hacerme conocer la cultura mexicana desde adentro, me sirvió de gran aprendizaje de un oficio que siempre quise aprender: la fotografía. Así que, todo bien con tus tias y abuelas, pero ellas siempre dijeron “tómalo de quien viene” y pedirle consejos a alguien que nunca viaja de esta forma es perdirle peras al olmo.(tias, si leen esto las amo)
Confiar: Demostrar confianza (esperanza firme) hacia una persona o una cosa.(Wikipedia)
Es super importante saber diferenciar cuando uno viaja o cuando uno hospeda gente, la confianza del abuso sobre lo que ellos están dispuestos a ofrecernos. Si bien se supone que quien hace esto es una persona abierta y con ganas de compartir, no hay que olvidar que cada uno tiene su vida y sus cosas para hacer, sus personas trabajo y/o estudio por lo que no hay que ser invasivos y respetar los tiempos de soledad de cada uno y las reglas de la casa, nos gusten o no, teniendo en cuenta que en todo caso, se puede hablar tranquilos e irnos y listo.  

8 de julio de 2015

¡Cruzando el charco!

Haciendo click en ¡Cruzando el charco! me ayudas en la participación de un concurso con la agencia Bestday.
Mi próximo destino en México, donde tengo el honor de haber sido otorgada con una beca de matrícula en Puebla pero no tengo ahora los recursos para mantenerme esos 6 meses,
Con esta aplicación hago públicos mis videos de viajes participando del concurso y logrando que esta agencia me ayude con mi manutención en México, solo necesito que hagas click,
El video dura tres miutos y de paso ven fotos lindas de mi tercer viaje mochileando.
MUCHAS GRACIAS


2 de julio de 2015

Antes de irme


Antes de irme. 7 de la mañana un jueves, falta poco, miro la ventana y dudo si algo extra-ordinario a lo que se considera “normal” que puede pasar, pase y yo al final no me vaya y , es que hasta que no me veo en el destino no me creo. Antes de irme no estoy nerviosa, ni ansiosa, ni asustada, ni feliz, ni nada, estoy en una sensación que no sabría cómo definir porque creo que no tiene nombre, o quizá es que antes de irme simplemente no estoy, o al contrario, estoy tanto, que acostumbrados a la sensación de estar quieto en un lugar por muchos años y no estar (porque debemos estar pendiente de las cotidianas preocupaciones), es indefinible.  Antes de irme, antes de irme tengo que guardar todo. La conciencia pensando en que me voy por mucho tiempo me obliga a ver cosa por cosa, de mis cosas y cosa por cosa, del otro tipo de cosas de la vida, como de ser tía a la distancia, de los abrazos de la vieja y los asados de mi papá o los amigos, los que están.
Antes de irme no me quiero ir porque no me quiero perder nada y a la vez me desespero por hacerlo, porque justamente, no me quiero perder nada. Antes de irme dudo, dudo en irme y en quedarme, y antes de irme elijo, elijo no darle lugar a la incertidumbre y entender que toda experiencia es válida, que si lo que busco es la felicidad consciente y responsablemente, sería muy raro tener una equivocación muy grande, y que, si lo hago, siempre se puede tirar nuevamente los dados hasta que toque “vuelve al casillero anterior”,  porque, al fin y al cabo, “toda experiencia es válida”. Entonces clasifico, lo que quiero que alguien conserve, lo que le haría muy bien a alguien tener, lo que va a la basura y lo que se queda, lo que se queda siempre debe ser poco, dejarlo me demuestra que realmente no lo necesito como pensaba; y hago listas.
Siempre evito estar mucho tiempo en el tiempo “antes de irme”, no tener nada para hacer se convierte en horas googleando los 37 couchsurfing que me ofrecieron hospedaje “por seguridad”, antes de irme hago listas y notas mentales, aprendí que realmente los amigos no se miden en tiempo y distancia, sino con la medida universal del cariño y que la regla que siempre dicen los padres de que “los verdaderos amigos son pocos” ya no es parámetro en estos tiempos, creo en que en el mundo realmente existe mucha gente buena, como la que te espera sin saber quien sos o te ayuda por mera buena onda a ubicarte cuando tu cara de desconcierto y tu cuerpo parado en una esquina desconocida gritan sin que quieras “Hola, nose donde estoy, soy extranjera y estoy tratando de disimular”, y aprendí que los amigos de casa, la familia y los viejos, ¡Los padres! Son los verdaderos magos de la distancia haciéndote sentir que los meses que estuviste ausente fueron dos días y te vas con la sensación de saber que a la vuelta tu lugar en la mesa, en la reunión y en la agenda van estar intactos. Entonces, elijo, de quien despedirme,  a quien contarle mis planes, a quien ver, a quien aguantarle berrinches y en qué aspectos dar la vuelta de página teniendo la excusa de que todo lo nuevo a vivir me va a ayudar a superarlo. Antes de irme siempre conozco gente, gente gente, esa gente que abrazarías por 4 horas sin ningún problema, y me dejo querer, y quiero, porque la casa es el mundo, y en él tenemos que confiar, porque de eso se trata vivir el hoy presente, lanzándote a todo lo nuevo que pueden pasarte en tres segundos de cruce de mirada con alguien más,  porque si sólo nos dedicamos a pensar en lo cotidiano de irte a dormir con la puerta con llave en una casa 100%enrejada y en las deudas y en quedar bien, y en las apariencias, y en los horarios y en, y en, pierdo mucho tiempo y cuando quiero ver, ya me dio sueño de nuevo. Por eso exijo, exijo el trato como deben tratarme, le exijo al cuerpo que se encuentre con el sol para cargarme un poco, caminar en la calle cuando hace frio, por lo menos una ducha al día de agua helada, alrededor de unos 20 abrazos por semana, hay que exigirle al cuerpo, a crear lo que queremos que sea, a indicarle los parámetros de felicidad con los que decidimos contar, 10 am hago listas, hago una lista de todo en lo que tengo que confiar, en todo lo que tengo que comprar y de todas las personas que me dijeron “chau, va a estar todo bien” para acordarme de ellos cuando un tornillo ande medio suelto, porque  ante la duda, el amor por sobre todo. 10;40am, una semana  antes de irme, confío.


  

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