20 de agosto de 2017

De volver y otras hierbas

Cruda de mezcal, licor de anis, pulque, un wiscky de fuego y una grosellita. Cruda de agua, de toda esa que ha pasado bajo el puente. El río siguió corriendo y se detuvo en el estanque. Suficiente, me dijeron. Ocho meses, ¿No ves que pasa el tiempo? De amores y otras hierbas, y yerba mate también. A cuatro lunas llenas seguidas les pedí olvidarme y a las cuatro lunas nueva seguidas, que siempre se quede en mi. El aire fresco y liviano del atardecer a las 12 de la noche en el polo norte, el calor potente de la playa de Acapulco iluminado por la luna, no había peligro ni en el lugar mas riesgoso del mundo caminando así. Del amor por lugares y otras hierbas, de la obesión por conocer y devorar el mundo. Volver a "casa" fue lo mas difícil que hice en mi vida. Hace poco encontré un escrito que decía "México es como el novio que nunca puedo dejar" y ante cualquier similitud con la realidad me hago cargo, que me dió las experiencias mas lindas y mas feas viajando, pero tiene eso del sentir que no te deja en paz y te mantiene pensando. Había construído desde cero con el mayor de los esfuerzos, a pesar de que varias veces me tiraron un ondazo, deje todo, mucho mas de lo que me hubiese gustado, para volver, para hacerme cargo de esas cosas que a veces uno tiene adentro y le viene escapando. Fue algo muy mio, en su momento lo excuse con estudios no terminados, no sabía ni tenía por que explicarlo. Volver es raro, los amigos, la familia, la gente de siempre que ya dejo de ser como era por que como vos, aunque en el mismo lugar, siguieron evolucionando.  De repente todo esta igual pero ya nada es como antes, de repente lo que hiciste en otro lado no es mas que una película contada por tu propio libreto improvisado con personajes surrealistas y animados que la gente cree que inventas, ojalá pudieramos expresar concretamente ese sin fin de sentimientos que te da el viajar, reconocerte en otro cuerpo acostumbrado a otra cultura como si fuese la tuya. Volver fue el desafío mas grande me auto otorgué, y miren que si hablamos de desafíos, México me obligo a varios. Y acá voy, llevo ocho meses y, wow, mirando ahora la fecha, ocho meses exactos, que los lloré, los lloré, que punzaron, mierda que dolieron. Necesitaba comprobarlo, con todas las ocurrencias que me habia mandando, había una sola a la que le escapaba por que realmente me creía incapaz y era esta, estar acá. Ya lo logré, quedan cuatro meses para cumplir uno de los objetivos y estoy juntando un poco de fuerzas para enfrentar el más grande. Me enorgullece terriblemente ser argentina, pero hay un cosquilleo que me dice que me vaya otra vez, realmente en la vida hay amores que no pueden olvidarse y creo que el mío es el del viento pegandome en la cara sintiendo un aire nuevo, creo desde chica me paso hasta en los grupos de la escuela, para mí no hay nada más lindo que sentirse extranjera y ahora contenta y sin la incertidumbre de saber que pasa logré entender que ya no tengo que buscar mi casa, por que no es nada mas que yo misma, y por eso no veo la hora de llevarme a pasear de nuevo, por allá, dónde supe decorarla tan lindo.
Zacatecas-México (agosto 2015)

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