Es el amor
lo que nos hace para toda la vida.
Me llamo
Celia Julieta Reta Cardinali para toda la vida. Julieta, según mi mamá, bueno,
según yo también, así vine, en realidad vine sin nombre ni etiqueta pero mis
papas, ansiosos de que llegue pensaron muchos meses antes como iban a llamarme
el resto de mi vida, como la mayoría de los padres argentinos. Me llamo negra,
según Fran y todos los que después de que vieron que él me llamaba así y yo
respondía, decidieron que negra iba más conmigo en ese entorno. Según yo “soy
Julieta pero me dicen negra”, eso lo aprendí después de trabajar 3 semanas en
un lugar nuevo en el que cuando me llamaban por Julieta no respondía
acostumbrada que en mi antiguo trabajo me llamen negra, ese día me hice cargo
de los dos pero después, en Alemania se
rehusaban a llamarme de negra, primero porque no les salía y no lo querían
asumir (según yo) y segundo porque me discriminaban si me llamaban así (según
ellos), entonces tuve que entender, que ellos no podían entender, que llamarme
así también podía ser con cariño, entonces entendí que a veces era Julieta y a
veces, era la negra.
A mí me fascina mi nombre, porque me llamo
Julieta, como Romeo y Julieta, como un clásico, como una obra de Teatro, como
el nombre ideal para una obra que alguna vez un maestro como Shakespare pensó, también me llamo Celia, hay una historia que
no me acuerdo si me la conto mi mama o me la invente yo, pero decía que cuando
mi papá me fue anotar en el registro civil, sin avisar, me anoto Celia Julieta,
porque Celia es el primer nombre de mi mamá. A mí me gusta creer esa historia,
ellos tienen de esos amores incondicionales que hacen esas cosas, como marcar
de por vida que se pertenecen y se aman más allá de haberse casado y lo hacen
así, inconscientemente.
Siempre
pienso y cambio, me gusta transformar mis pensamientos y aprender, siempre está
bueno alejarse en una diagonal para tener otra vista. Yo no creo en las cosas
para toda la vida, hablando de cosas cosas y de cosas sentimentales también, eso
lo aprendí por primera vez cuando falleció mi nona, a los 9 años y lo sentí,
después de trabajar en un hostel y viajar mucho. Cada vez que alguien
atravesaba la puerta roja tenía que entender que llegaban para irse y que, las
despedidas son parte de la vida, que podía tener muy buenos nuevos amigos, pero
no iban estar para siempre cerca, y yo
tampoco porque lo decidía así. Lo mismo me paso las dos veces
que pensé encontrar el amor de mi vida, esa sensación que viene un año después
de haber cortado, de pensar que quien estuvo tan cerca es tan extraño y ajeno
ahora, siempre me pareció tan rara, hasta que entendí, que lo único que era
para toda mi vida solamente era yo.
Pero
todavía no me puedo convencer, mis papas me pinchan toda la teoría, siempre
dije que uno se podía casar, conocer a alguien y vivir con él/ella hasta morir
pero que eso no significaba el amor para toda la vida, pero ellos, ellos me
pinchan toda la teoría. Deberían verlos, equilibrando la balanza, sosteniendo
las penas, van siempre de la mano en la vida. Supongo que por eso me llamo
Celia, porque sea la historia que invente o la que me conto mi mamá o la real,
la cuestión es, que además de Julieta, soy lo que mi papá quería que sea, ella, por que viven viendo por los ojos del otro.
Un día le tuve que preguntar si él era feliz
con lo que yo era, porque sabía que le había cambiado los planes y él me dijo
que lo que él quería es que sea y que eso se iba a definir por el amor que le
pusiera a las cosas que quisiera hacer.
Siempre me
permitieron ser bastante independiente y libre para decidir lo que hago pero
siempre guardo un tiempito para pensar como lo pensarían ellos, sé que se
pueden equivocar como cualquier otro pero son de lo ms correcto, sanos y
predispuestos que conocí en la vida, por eso siento que si pienso como ellos
voy por buen camino. Ellos con amor curaron los dolores que procedían en la
historia de la familia y sanaron los míos cuando el mundo me quiso comer, por
eso me gusta pensar como ellos, para sanar los que se me acercan y vienen
después de mí.
¿Ven? Al
fin y al cabo, me siguen pinchando la teoría, yo no soy lo único que tengo para
toda la vida porque los tengo a ellos adentro. Por eso me gusta llevar los dos apellidos, porque no podría ser
más de uno que del otro.
Y así soy,
soy esa, según el kiosquero de la vuelta, una idiota por contestarle mal a su
novia, según el panadero de al lado, muy inteligente, según yo, Julieta, según
un chico que me grito ayer, hermosa, según mi hno a veces una pendeja de mierda y a veces una "nerita bunita" y según algunos amigos, la negra.
No podemos definirnos, pero nos ponen nombres
etiquetados para que lo hagamos, no venimos con nada que pueda durar para toda
la vida más que nosotros mismos pero lo construimos sin querer mientras va
pasando la vida. Es el amor, redondo, cuadrado, con tiempos, esperas,
encuentros y desencuentros, fuerte, intenso, largo o corto, de amigos, de
novios, de algo, de esposos, pero al fin y al cabo es el amor que uno tiene por
sí mismo y por su historia,la sonrisa que viene desde adentro de las entrañas, de uno
mismo, es el amor y como somos gracias a él, no es el tiempo ni la etiqueta, es
la entrega en el momento que tiene que ser, es el amor lo único que de verdad,
a los ojos de todos los demás, nos hace para toda la vida aunque haya sido por un ratito.