Hoy me
desperté, fui a clases, llevé el mate y tomé, pero sola. Saludé a todos los que
pude, antes me daba vergüenza entrar saludando como pancho por su casa; y me
senté al lado de uno de mis favoritos. A Jhony le conté mis historias
cotidianas en tono gracioso y nos reímos,
yo tomaba mates, él de vez en
cuando me decía “Ay Julieta, tú y tus historias¨, y nos reímos, un montón. Tres o cuatro veces le conté a alguien que pasaba, que era
lo que estaba tomando y, con orgullo, mostré mi mate con la Argentina labrada
en alpaca.
Trece años
y medio atrás, Martina tenía un año y medio y yo la levanté y le puse
Chiquititas y la hice bailar en el living de mi casa, le robé la cámara
analógica a mi mamá y nos saque como diez fotos. Es mi primer sobrina, hoy
hablamos por whatsapp, para felicitarla por sus quince y contarme que había
actuado en una obra de teatro. Hoy mi angelito cumple años también, quien sabe
en qué parte del universo le están cantando el feliz cumpleaños, puedo ver como
se le hacen dos oyitos en los cachetes de tanto sonreír.
Hace 143
días me quede dormida en el aeropuerto, una señora cordobesa que viajaba con su
marido como sorpresa a México por sus 50 años y que había compartido el taxi de
Aeroparque a Ezeiza conmigo, me despertó, así de rápido y sin pausa, nunca le
pregunte el nombre, también gracias a ella llegue a México.
Hoy baile
con Raúl, es mi pareja de baile. La profesora me llama “Argentina”, la clase se
despelota, veintiocho personas van por su lado, yo a veces llego cansada, un
poco volada, pero siempre llevo los zapatos y Raúl, la sonrisa. Bailamos, un
montón.
Hace siete
años caminaba por el verde de Ciudad Universitaria cerrando mi primer año, hoy,
salí de casa y una mujer que venía corriendo me chocó, me caí al piso, a la
cuadra siguiente un hombre rompió un record al decirme la cosa más desagradable
que se le puede ocurrir a alguien y a la siguiente, me subí a uno de esos colectivos
que te zamarrean, llegué cinco minutos tarde y entre corriendo en silencio al
ensayo con las lágrimas en los ojos del cansancio, llegó producción, Mike me
dijo sonriente “Qué bueno que te tengo”, y me abrazó, súper fuerte.
Hoy le pregunté a un amigo,“¿Crees que voy a llegar lejos?”. Dijo que sí. Entonces, no entiendo.
En la pared
una foto de mis hermanos, me traje guardada la carta del gringo y una foto de
la Villa Barranca Yaco, en la mesa el
paquete vacío de yerba mate, así es cuando el amor se termina. Una lágrima cae
sobre el cumulo de hojas de mi dramaturgización, a veces tengo miedo de ser mi Hedda Gabler, no me quitte pas, tengo todo para dar. Cuando le conte a José que hice bombones, para animarme, me dijo "Quien quisiera encontrar una chica como tú, no sabría que hacer con tanta cosa hermosa" le respondí "en mexicano suena melodramático" luego, las hojas se secaron, y nos reímos. Así son los amigos.
Las calles
de Puebla van de dos en dos, del oriente
a la poniente, del norte hacia el sur, camino por Los Sapos, a veces estar
lejos duele, los viejos son mi fuerte, viene navidad, quiero que abracen a mi
mamá. La balanza pesa en objetivos cumplidos, andando ya se está
haciendo el camino, y el corazón, punto.
Si me ven caminando super rápido, sólo detenganme un ratito, que ando queriendo hacerme la distraída, si me cruzo
de brazos, que me recuerden, que se
cruzan más lindo en un abrazo y si me
siento, corranme la silla por favor, bailando se quitan las penas mejor. Un
empujoncito, y que allá voy.